25 octubre 2006

El Valle Inexplicable
   publicado por Fry

Hace poco descubrí una interesante teoría sobre la respuesta del ser humano ante la robótica o, mejor dicho, ante los robots de apariencia humana. Esta teoría sostiene que, según va avanzando el desarrollo tecnológico de los robots y van siendo más "humanos", nuestra simpatía y empatía crece hacia ellos. Sin embargo, llegado un determinado punto en la evolución de los robots, el excesivo parecido con nosotros provoca el efecto contrario en el que se produce un rechazo y un miedo hacia ellos. Pasado este punto, y llegado ya el momento en el que los robots sean indistinguibles de los humanos, la simpatía hacia ellos volverá a un punto normal. Esto se entiende perfectamente con el siguiente gráfico:

Ese rechazo que se produce cuando se acentúa el parecido es lo que se denomina el Valle Inexplicable. El fundamento de la teoría se desarrolló en 1970, por lo que en aquel momento carece de cierta validez al no estar ni siquiera cerca de llegar a ese punto. En la actualidad dista relativamente poco tiempo para alcanzar un parecido razonable.

Los argumentos que esgrime la teoría son que, conforme crece el parecido humano en los robots vamos buscando y destacando aquellas características más humanas, sin embargo, cuando el parecido es muy grande se percibe no como un robot, sino como un ser humano extraño y se destacan las características robóticas. Esto produce rechazo y miedo, como si de un zombie se tratara. El robot tendrá apariencia humana, movimientos humanos y un gran parecido, sin embargo seguirá teniendo ese "algo" que nos separa de ellos.

Si bien los robots no han alcanzado ese punto sí ha habido una reacción natural parecida en los personajes animados por ordenador. Es evidente que los humanoides virtuales están a años luz de sus homónimos mecánicos y los primeros ya han podido alcanzar ese valle inexplicable o, al menos, estan a punto de hacerlo. Me vienen a la memoria imágenes de videos en los que efectivamente las bellas señoritas dan miedo, crean ansiedad y parece que ocultan algo. Puede que se hayan creado para excitar, sin embargo esa falta de vida en la mirada las hace enigmáticas y sospechosas.

Hay que tener cuidado con los robots, pero tranquilos, ese valle pasará y tendremos con nosotros la nueva generación de humanos.

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