17 julio 2006

Saca el garrulo que hay en ti
   publicado por TioP

Podríamos llamarlo segunda parte de lo que hace unos días nos contaba nuestro compañero Fry acerca de las bodas. Es cierto que realmente no te invitan, que lo único que hacen es obligarte (al 90%, hay pocas excusas para no asistir, si la invitación lleva tu nombre) a comprar una entrada a una fiesta que cuesta más de 100€.

Pero el tema que me ocupa ya no es la invitación, sino el comportamiento que acaba degenerándose en una boda. Son distintas fases por las que se pasa, y que podríamos resumir en:

Fase 1 - Preparación: Te pones un traje, siempre y cuando seas de los que intentan ir acorde con la mayoría, adaptándose al medio, no intentando ser rebelde y que por sus santos cojones, como es fan de extremo duro, se pone a lo máximo una camiseta blanca... Soy de los que piensan que a una boda hay que ir “elegante”, que en todo el acto reina la hipocresía, y entre ellas la de la vestimenta, pero hay que respetarla. Es cierto que según el grado de cercanía hace que vayas de distinta manera, pero tampoco. Traje. En el caso de ellas, sus mejores galas, vestidito o ropa coqueta harán el deleite de los hombres del lugar.

Fase 2 – Iglesia: Demos por hecho que el casamiento se hace ante el Señor. Siempre te encuentras a los formales, a los religiosos puramente dichos, a los amigos culo inquietos que buscan salir como sea de la iglesia en busca de sus primeras cervezas, los otros amigos en busca del coche para “descojonarlo”, y los amigos o familiares que se acoplan a cualquier rincón para sacar la mejor instantánea. A todo esto, los novios son ajenos a lo que sucede, aunque lo saben por otras experiencias (en alguna ocasión han sido amigos de los novios).

Fase 3 – Comida: Comienza la parte cúspide la boda. El comienzo de la degeneración. El banquete, con el vino y las cervezas de antes empiezan a hacer mella. Empiezan a aparecer los primeros garrulos que se llevan dentro. Todo desde que se da el pistoletazo de salida de “Viva los novios!!!” con voz grave y de campo. Desde ahí, ya no hay vuelta atrás. Se empieza a pedir “qué se besen, que se besen!!!”... “con lengua, con lengua!!!” o burradas como “el polvo de esta noche, ya no es ilegal, la la la laaaaa, ya no es ilegal!!!”. Con cualquier cosa dura le dices al novio que así se le pondrá por la noche, etc, etc, etc... a lo que los padres dan cuenta de cómo se las gastan los amigos... Discreparé que al novio (ya marido), se le ponga por la noche, porque cuando vayamos por la Fase 5 (final), demostraremos porqué.

Fase 4 – Garrulo desatado: Aquí, en un gran porcentaje, y va por edades, aparecen los garrulos que todos llevamos dentro, y todo por el alcohol de las bodas, porque el de un fin de semana, no te hace actuar así. Empezar a cantar “camarero!, camarero!, una de pacharán!, una de pacharán?....” y así 27 más. Por no decir cantar “paquito el chocolatero”, hacer el trenecito, cantar “yo sigo siendo el rey....” y un largo etcétera ridículo. Un sábado llevas el ciego de mejor manera, siendo más salido, más ligón, más borracho, pero no un garrulo de monte... Los jóvenes se lo hacen, los adultos lo viven, porque no veáis como disfrutan con todo lo anterior.

Fase 5 – Declive: Cuando ya todos no tienen estado de conciencia, el novio, que medianamente ha tenido que aguantar, de mejor manera, claro, ya queda con los auténticos elegidos. Elegidos que son los más degenerados, los más garrulos en ese momento, los más borrachos. Esto hace que el novio ya de rienda suelta al bebercio y se acabe. Se acabe porque ya es uno más. El borracho que ¿rendirá en la noche de bodas? Pues si lo consigue, suerte para él, porque con semejante mierda que llevas encima, como para que realmente rinda. Ganas no le faltarán, pero por las justas sabrá donde la tiene...

En definitiva amigos. Una boda es alcohol, descontrol, cánticos y llamada de atención por allá donde pasas. Eso sí, elegantes.