24 octubre 2005

La cosa va de pollos
   publicado por Fry

Hay ocasiones en las que la psicosis colectiva viene bien a algunos, muy pero que muy bien. Hoy lunes, día de la limosna en que cambiamos lo que tiene nuestra querida mano pedigüeña, tengo que hablar de un tema que no me interesa en absoluto, pero es de rigor tratarlo. Como decía la psicosis colectiva viene muy bien para algunas cosas y sobre todo para algunos. Para empezar nos trae cultura, una bastísima cultura. Sin ir más lejos, gracias al desvarío general aprendimos para que hostias sirve un camarlengo, que las vacas pueden estar locas y que los pollos también pueden estar locos, o griposos, y de la gripe jodida además. Ahora se ha añadido un medicamento a la lista de los que sabíamos de memoria: la aspirina (con ácido acetilsalicílico, los anuncios también instruyen), la saldeva (da mucho juego para las bromas), el viagra (no comment) y el recién estrenado tamiflú, que suena a postre delicioso. Todos nos hemos convertido en expertos en pandemias y hasta contamos los muertos del siglo pasado.

Otra de las ventajas es que el precio cae y se puede comprar sin control. Y si tienes la suerte de ser un poco temerario (o tienes dos dedos de frente) te puedes aprovechar. Con el mal de las vacas locas con el que nos taladraron la cabeza un verano entero me puse de comer chuletón día sí y día también, con los precios por los suelos. Era sin hueso, pero igual de bueno y aquí sigo de momento. Supongo que con el género plumífero pasará lo mismo, pero no tiene tanta gracia porque el pollo ya es bastante barato. Del otro lado tenemos a los ganaderos, polleros y derivados, que tienen que acarrear con la crisis sin tener culpa ninguna de la salubridad pollil.

Pero sin duda una gran ventaja, aunque sólo sea para uno, es la venta del medicamento de rigor. Ese sí que tiene suerte. Los analistas hablan de uno de los negocios puntuales más grandes de la historia de la humanidad. Todos los gobiernos se han visto obligados por presiones a comprar a diestro y siniestro para callar bocas, aún sabiendo que su efectividad es dudosa, pero que a nadie le puedan echar la culpa por imprevisión. Y podríamos entrar en un largo debate sobre si deben prevalecer los derechos de la empresa o el bien común ante una emergencia, más teniendo en cuenta que en las recomendaciones de la OMS puede haber maletín de por medio y al fin y al cabo yo no tengo acciones en Roche (lástima¡¡) y me importa poco lo boyante que pueda ser esa empresa.

La putada es que mata, y por lo visto es grave. Probablemente la paranoia mundial no se corresponda con la amenaza real así que siempre es bueno tomar las cosas con cierto humor. Y ya puestos a desvariar, y asumiendo que todos nos tenemos que morir de algo... pues no sé, el pollo está bueno, pero entre las vacas locas y el pollo gripal pues a las primeras las veo como con más glamour. Es que no me diréis que no tiene cojones morirte porque una gallina china te ha contagiado la gripe?. Eso sí, si añades el calificativo de aviar ya la cosa cobra más importancia, es más elegante y más chic. Hasta en las últimas consecuencias hay que mantener la dignidad.

Desde aquí pido a ZP que deje de comprar mi ración de tamiflu y me pague un Ballantines cola, que lo voy a aprovechar mejor. Si me toca la gripe ya me joderé, pero antes de caer pienso irme a Inglaterra a comerme todas las vacas que encuentre, y cuanto más loca mejor.